Anteriormente, ya os hemos contado cómo ser capaces de detectar las dietas milagro para así poder evitarlas, y hemos analizado la famosa dieta Dukan. En la actualidad encontramos cientos de estas dietas que ofrecen grandes resultados en muy poco tiempo a expensas de la restricción de alimentos básicos de una dieta sana y equilibrada, y aunque no lo sepamos porque no hemos consultado a un profesional de la nutrición, pueden poner en riesgo nuestra salud. Si bien la dieta que analizaremos hoy, la paleo dieta, no es una dieta milagro en sí misma, no la consideramos una alternativa adecuada para el estilo de vida de la sociedad actual.
¿En qué consiste la paleo dieta?
Más que una dieta al uso, la paleo dieta podría describirse como un estilo de vida en el que la alimentación se basa en los alimentos que comían nuestros antepasados hace millones de años, allá por el Paleolítico. En ella se afirma que sólo hace 10.000 años que comemos cereales, legumbres, lácteos, azúcares y alimentos procesados (los alimentos prohibidos en esta dieta) y nuestro cuerpo no ha tenido tiempo de adaptarse para tolerar su consumo, y nos hacen daño.
Por otro lado, la paleo dieta se basa en alimentos como las carnes, pescados, huevos, frutas y verduras, además de frutos secos, raíces y semillas, consumidos en pocas ingestas diarias, imitando el estilo de vida de nuestros antepasados, de manera que se realizan ayunos de 10-12 horas para, posteriormente, realizar grandes ingestas.
¿Y qué opinamos de ello?
Desde Nutrición y Cocina siempre hemos rechazado restringir tal cantidad de alimentos de una dieta equilibrada, puesto que a partir de una dieta variada que incluya todos los grupos de alimentos se puede asegurar una ingesta adecuada de todos los nutrientes.
Las afirmaciones de que los cereales, las legumbres y los lácteos son malos para nuestra salud no se apoyan en ninguna base científica. Los defensores de la paleo dieta afirman que el consumo de cereales no es adecuado por su contenido en gluten pero, si somos capaces de metabolizar el gluten o la lactosa la leche, ¿por qué eliminar estos alimentos de la dieta?. Por poner un ejemplo, la dieta Mediterránea, declarada en 2010 como patrimonio de la humanidad y denominada en multitud de estudios como una dieta equilibrada y saludable, tiene entre sus características principales el consumo de todo tipo de cereales (siendo el trigo el alimento base), legumbres (garbanzos, lentejas, judías…) y lácteos (leche, queso, yogures…).
Está científicamente demostrado que las dietas con un porcentaje de proteínas tan elevado son perjudiciales para la salud, ya que no tenemos un almacén para guardar el exceso de proteínas y las eliminamos a través del riñón haciéndole trabajar en exceso, que con el tiempo puede verse perjudicado. El objetivo de las dietas hiperproteicas y muy escasas en hidratos de carbono es conseguir entrar en un estado de cetosis en el que, a falta de carbohidratos en nuestro cuerpo, se recurre a las grasas almacenadas como fuente de energía, pero por muy bien que suene esto, la cetosis no es un camino de rosas, la acompañan importantes efectos perjudiciales para la salud:
- Náuseas, vómitos, dolor abdominal,…
- Mareos y dolores de cabeza
- Pérdida de calcio de los huesos debida a la dieta hiperproteica
- Mal aliento, sudor y orina con olor fuerte
- Posibles arritmias
- Afecta al buen funcionamiento del cerebro, debido a que el cerebro necesita glucógeno (glucosa almacenada) para su correcto funcionamiento. Por lo tanto, al no tener glucosa disponible, el cerebro utiliza los cuerpos cetónicos, que no suponen una buena fuente de alimentación.
- Falta de energía y apetito
- Problemas renales por el exceso de proteínas
Por todos estos motivos, este tipo de dietas no pueden mantenerse por mucho tiempo, ya que ponen en riesgo nuestra salud y no se consigue el cambio de hábitos alimenticios que buscamos como nutricionistas en nuestros pacientes, ya que después de finalizar la dieta el paciente volvería a su rutina alimenticia y recuperaría el peso ganado («efecto rebote»).
Conclusión
En Nutrición y Cocina nos gusta sacar el lado positivo de las cosas, y la paleo dieta pretende inculcar ciertos hábitos alimenticios que son muy positivos:
- El consumo de proteínas de alto valor biológico (carnes, pescados y huevos).
- Las frutas y verduras son básicas en esta dieta, aportando una gran cantidad de fibra dietética, minerales y vitaminas.
- Propone el consumo de frutos secos y semillas.
- Restringe el consumo de productos procesados y azucarados como bollería industrial, sncaks, platos precocinados, bebidas azucaradas o comida rápida. Alimentos muy ricos en grasas, azúcares y sal, responsables en gran parte de los altos índices de obesidad en la actualidad y del desarrollo de enfermedades como la diabetes, la hipertensión arterial y demás enfermedades cardiovasculares.
Este último punto es, a nuestro juicio, muy importante de trasladar a toda la población, ya que llevando una dieta rica en productos frescos y no procesados se obtiene una alimentación más rica en fibra y micronutrientes, y se consigue reducir notablemente la cantidad de grasas, sal y azúcares.
Pese a estos beneficios, está demostrado que el exceso de proteínas es perjudicial para la salud, por lo que seguir la paleo dieta al pie de la letra sería un error. Lo que sí se puede (y debe) hacer es adquirir estos buenos hábitos que promueve.
Álvaro del Río Frías
Liane González Sánchez-Montañés dice
Muy bien redactado desde el punto de vista de una estudiante de periodismo. Enhorabuena al autor porque, a pesar de no tener ningún conocimiento sobre nutrición, me ha resultado bastante ameno e interesante al leerlo.
Nutricion y Cocina dice
Muchas gracias Liane! Espero que sigas leyéndonos y que te sean de utilidad los nuevos artículos y recetas que iremos subiendo.
Carlos dice
Muy interesesante la verdad, habrá q probarla 🙂