Hoy os traemos una variante del que es considerado como el plato más típico de Madrid, el bocadillo de calamares. Cualquier habitante o visitante de la capital tiene una parada gastronómica obligatoria para comer este plato, un bocadillo que luce por su gusto, sencillez y coste. Sin embargo, Madrid es una ciudad situada en el interior, muy lejos del mar, por lo que no tiene mucho sentido que el calamar sea típico de aquí y, como muchos otros, nos hemos preguntado:
¿Por qué es típico el bocadillo de calamares en Madrid?
Volviendo la vista atrás, se observa que hace unos siglos el transporte de pescado a la ciudad no era una tarea fácil, pese a estar bastante demandado gracias a la cultura religiosa (vigilia) del país, en la que se prohibía el consumo de carne una vez a la semana. Por lo tanto, el pescado resultaba un producto caro, escaso y con poca variedad en la capital, por lo menos en perfectas condiciones.
No fue hasta el siglo XVIII, con la llegada del ferrocarril, cuando el pescado pudo transportarse de los puertos con rapidez y buenas condiciones, lo que repercutió en mayor variedad y mejor accesibilidad a este alimento. A esto hay que sumar la inclusión de la cultura gastronómica andaluza (rebozados) en la capital en el siglo XIX. Sin embargo, pese a consumirse el calamar ya en Madrid, sigue sin existir la cultura del bocadillo de calamares.
Ya en el siglo XX, comienzan a abrirse numerosos bares y tabernas, debido a la escasez de trabajo en el servicio de la corte. Cocineros y sirvientes de la aristocracia comienzan a trabajar para ellos mismos, aumentando la oferta gastronómica en Madrid. Durante este periodo se estima que surgió el famoso bocata, aunque no es posible poner nombre al autor. No fue hasta la década de los 60 cuando el bocadillo de calamares se convirtió en un boom gastronómico entre los jóvenes. Su sencillez, precio y sabor caló hondo en esta generación, convirtiéndolo en un plato muy popular entre los jóvenes, sumándose más tarde el sector obrero y toda la clase media de Madrid.
El bocadillo de calamares se popularizó hasta tal punto, que los grandes chefs que despreciaban este plato pasaron a valorarlo positivamente y crear variantes de este famoso plato para sus restaurantes más distinguidos.
En este, nosotros os presentamos una variante fácil de preparar un bocadillo de calamares, añadiendo alioli de ajo negro, un toque distinto que no dejará indiferente a nadie.
Ingredientes (4 bocadillos)
- 4 panes de 40-50gr
- 150gr de calamar
- Harina de trigo para rebozar
- Aceite de oliva para la fritura y sal
Alioli negro casero tradicional
- Ajo negro (2 dientes)
- Aceite de oliva virgen extra (40g aproximadamente)
Alioli negro para no complicarse la vida
- Ajo negro (1 diente)
- Mayonesa (40g de mayonesa)
Elaboración
- Trocear los calamares en aros muy finos.
- Enharinar los calamares troceados y freír en abundante aceite caliente. Una vez estén dorados y crujientes ya estarán listos. Dejar escurrir bien sobre papel secante.
- Abrir el pan y tostar para que resulte más crujiente.
Alioli negro casero tradicional
- Pelar los dos dientes de ajo negro, machacarlos en el mortero con un poco de sal e ir introduciendo el aceite muy poco a poco y en pequeñas cantidades , sin parar de majar los ajos. Cuando se obtenga una salsa homogénea y consistente, ya estará lista nuestro alioli de ajo negro.
Alioli negro para no complicarse la vida
- Pelar el diente de ajo negro y machacarlo en el mortero. Incorporar la mayonesa y mezclar bien en el mortero hasta que adquiera un color homogéneo.
Recomendación dietética
Este plato incluye calamar, un molusco que supone una buena fuente de proteínas y que apenas contiene grasa y calorías. Por lo tanto, supone una buena manera de introducir proteínas en una dieta sin aumentar la proporción de grasa y energía.
Sin embargo, este plato en concreto puede resultar más calórico, ya que la técnica culinaria empleada es una fritura, lo que aumenta el contenido de grasa en el producto final.
Por ello, no es recomendable un consumo excesivo de este plato y, como todas las frituras, debe incluirse en la dieta sólo de manera esporádica.
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