Test Nutrigenético – Nutrigenómica

Nuestro organismo es el resultado de la interacción entre nuestros genes (genotipo) y el medio ambiente (fenotipo). De hecho, el medio ambiente hace referencia a nuestro entorno y hábitos de vida.

Los genes son secuencias de ADN, es decir, las unidades de almacenamiento de nuestra información genética. Cada uno de nosotros tiene alrededor de 24.000 genes y alrededor de 10.000.000 de variantes génicas. Por tanto, los genes son las instrucciones en nuestro cuerpo que incluyen cómo está programado el desarrollo y funcionamiento de nuestro organismo. ¿Y dónde se encuentran los genes?. Los genes se encuentran en los cromosomas, ocupando un lugar determinado denominado locus. Cada individuo tiene 23 pares de cromosomas. De hecho, en cada par de genes, uno se hereda a través del padre y el otro de la madre. Estos cromosomas se encuentran en las células de nuestro cuerpo, concretamente en el núcleo. Así, el conjunto de genes de una especie se llama genoma.

Las variantes genéticas o polimórficas son variaciones de secuencia en el ADN. La forma más simple y común de variante polimórfica consiste en el cambio de un nucleótido por otro. Esta variante se denomina polimorfismo de un solo nucleótido (SNP) y representa el 90% de los polimorfismos del ADN humano. De hecho, para ser considerado un SNP, debe estar presente en al menos un 1% de la población general.

El mayor conocimiento del perfil genético en los últimos años está permitiendo que la nutrigenómica y el test nutrigenético aumenten su presencia en el mercado. De esta manera, se incrementa su potencial para la detección precoz del riesgo de enfermedades y para su prevención mediante intervenciones personalizadas.

En resumen, existen diferentes variantes para cada gen que, al combinarlas con otros factores como el tipo de dieta, nos predisponen en mayor o menor medida al desarrollo de ciertas patologías como la obesidad. Es decir, que si un individuo presenta la variante ‘de riesgo’ combinada con una dieta no saludable, presenta un riesgo mayor de desarrollar una determinada enfermedad, como la obesidad.

La nutrigenómica es la ciencia que estudia las interacciones entre genes y dieta y su impacto sobre la salud. De esta forma, trata de entender cómo los nutrientes y otros químicos dietéticos modulan la expresión de los genes, la actividad de las proteínas y el metabolismo y cómo esto impacta sobre las enfermedades relacionadas con la alimentación. De esta manera, un genotipo particular afecta a nuestra respuesta a la dieta, nuestras necesidades nutricionales y hasta las preferencias alimentarias. La genómica nutricional puede contribuir a la implementación de la nutrición personalizada. Comprende dos ramas: la nutrigenética y la nutrigenómica.

De forma sencilla, la Nutrigenética es la ciencia que estudia la interacción de los genes con la dieta. Es decir, analiza cómo las diferencias en el genotipo (genes) de un individuo influyen en la respuesta a una dieta. En concreto, existen varios ejemplos de esta interacción gen-dieta, como en las enfermedades metabólicas clásicas: fenilcetonuria, galactosemia, hiperhomocisteinemia congénita, etc.

La Nutrigenómica estudia mediante técnicas moleculares la interacción de la dieta sobre los genes. Es decir, cómo afecta la alimentación a la expresión de ciertos genes y por lo tanto al desarrollo de ciertas patologías. Un claro ejemplo es la obesidad. Un determinado nutriente puede modular de forma directa la expresión de uno o varios genes a través de sus factores de transcripción. Por lo tanto, se convierten en protagonistas principales a la hora de establecer el fenotipo (las características físicas) de cada individuo.

La relevancia de esto es que, no sólo es importante que ciertos polimorfismos estén asociados a una mayor predisposición al desarrollo de obesidad, sino que dichos polimorfismos se vean modulados por el tipo de dieta que siga el individuo, mediante la interacción con diferentes nutrientes.

A raíz de estos descubrimientos, ha habido un cambio en la ciencia de la nutrición, teniendo en cuenta que existen diferencias interindividuales en las respuestas a la dieta. De hecho, hoy en día sabemos que lo que es beneficioso para un individuo puede no serlo para otro. Como consecuencia, el test nutrigenético permite a elaborar planes dietéticos diferentes e individualizados. De esta forma, surge la idea de la nutrición personalizada, ajustada a las necesidades y a la genética de cada individuo.